En el fondo siento que todos sabemos que las respuestas están dentro de cada uno de nosotros, y constantemente reconozco la importancia de descubrir no sólo nuestras respuestas sino también nuestras dudas.
Ya sea que nos estemos cuestionando algo, o si buscamos la solución a alguna situación que estamos viviendo, o si lo que nos cuestionamos es cuál es nuestro propósito en esta vida; la respuesta siempre va a estar en cada uno de nosotros. En palabras de Jiddu Krishnamurti: “Cuanto más te conoces, más claridad hay. El autoconocimiento no tiene final”
Es por eso que me gustaría compartir algunas estrategias que he puesto en práctica y que han contribuido grandemente en mi autoconocimiento: la respiración, la escritura, la intención y la consciencia de mi interacción con el medio.
Sobre la respiración
Respire con atención y permita que la respiración expanda su consciencia hacia adentro y hacia afuera.
Nunca había sido consciente de la respiración hasta que comencé a practicar Yoga, recuerdo las primeras clases en la que no comprendía muy bien cómo se suponía que debía usar solamente una inhalación o una exhalación para cada movimiento, parecía algo imposible, sin embargo me ayudó a recordar que desde hacía unos años ya aplicaba la respiración en la banda para correr en los gimnasios o cuando me iba de paseo a caminar a alguna montaña, solamente que antes lo hacía sin darme cuenta realmente.
Después de unos años de practicar Yoga tuve la oportunidad de retomar mis clases de canto, lo cual me ayudo a conectar aún más con mi respiración y mi cuerpo interactuando con el medio a través de este proceso maravilloso.
Estos procesos me ayudaron a reconocer que durante toda mi vida no había estado utilizando el 100% de mi capacidad pulmonar, que no tenía idea de cómo mover mi diafragma voluntariamente y que cada vez que prestaba atención a mi respiración mágicamente todo se centraba en el momento presente mientras mi capacidad y conexión conmigo aumenta rápidamente.
La respiración consciente me ha permitido escuchar, sentir y vivir esos momentos de expansión donde realmente soy una con todo lo que existe. Descubrirme desde la calma, es en el silencio que se descubren las respuestas.
Sobre la escritura
Escriba, y utilice estas escrituras para analizarse, para descubrirse, aceptarse, observarse.
Recuerdo que en mi adolescencia mantenía una agenda en la que escribía aspectos importantes para mí en ese momento, y así como la respiración estaba la escritura presente en mi vida sin sentirme consciente de su importancia, sin intención.
Como parte de mi proceso de autoconocimiento he sentido el llamado a conectar con mi feminidad y decidí, a través de la bitácora propuesta por la autora Miranda Gray, llevar un control de mi período menstrual y fue la primera vez que conscientemente utilice la escritura para descubrirme.
De ahí en adelante he utilizado ejercicios de Mindfulness como llevar registros de mi generosidad, cuestionando como me siento con respeto a emociones, situaciones, escribo las cosas que quiero recordar y que contribuyen a mi propósito, escribo mi propósito o lo que pienso de él.
La escritura es una de las primeras formas de materializar nuestros pensamientos, que sean tangibles.
Ilustración de Pio Vergara
Sobre la intención
Realizar un proceso que le permita analizar cuál es su propósito trascendental y confiar que todas sus acciones contribuyen a ese propósito.
Si buscamos el significado de “intención” encontramos definiciones como las siguientes:
“Intención” es un término con origen en el latín intentĭo que permite nombrar a la determinación de la voluntad hacia un fin. Lo intencional es consciente (se lleva a cabo en pos de un objetivo).
“Intención” significa propósito, objetivo, pensamiento que lleva hacia algo. Literalmente “in-tentar” significa tentar (probar, palpar) desde dentro (in). Intentar algo es buscar que nuestro pensamiento, nuestra voluntad, aquello que tenemos en nuestro interior se inscriba en y modifique algo.
Al acercarme un poco a las prácticas indígenas he aprendido que nuestros antepasados vivían poniendo una intención (o un rezo) en todo lo que hacían, y en mi experiencia personal he descubierto que todas mis actividades crean energía que puedo dirigir hacia una intención.
En Kabbalah la intención es una cualidad inherente a la conciencia.
Sin embargo, hay ciertos aspectos que he descubierto y me parece valioso compartir con respecto a la intención, y es que el “fin” u “objetivo” debe reconocerse como algo que ya somos y no como algo que nos falta. Pensar en una intención no como algo que queremos atraer sino algo que queremos descubrir, partiendo del hecho de que ya lo tenemos y somos todo lo que necesitamos.
También el ver nuestras intenciones como algo trascendental y no sólo material, uno de mis maestros Hilario Pedraza, escribe: “El propósito es el que le dará significado a todas las situaciones y circunstancias en las que te veas implicada, y este significado, en general es el de servir como medios para avanzar en el logro del propósito, no importa el aspecto o apariencia que tengan ni la manera como se comportan quienes intervienen; su realidad es operar en beneficio del propósito”
Tomar en cuenta estos aspectos me ha permitido reconocer cuál es el sentido que quiero darle a mi vida (ya que tengo que pensarlo y decidirlo constantemente), y confiar que todas las situaciones contribuyen a mi propósito.
Sobre la consciencia de mi interacción con el medio
Reconozca con agradecimiento su interacción con los elementos.
He reconocido la importancia de los elementos y de reconocer su presencia constante en nuestra vida y nuestra relación con ellos gracias al estudio de Ayurveda, al conocimiento que he adquirido de tradiciones indígenas como la danza de la luna y a la lectura de libros como “Las aventuras de Don Juan”, “Los 4 acuerdos Toltecas” sólo por citar algunos.
Reconociendo el agua al beberla, al sudarla, al sentirla sobre mi piel, y muchos tantos ejemplos en los que este elemento está presente; este reconocimiento se ha convertido en parte de mi día a día, permitiéndome honrar y mantenerme agradecida por la coexistencia.
En el caso del aire al unirlo con la respiración no sólo me trae al momento presente instantáneamente sino que me recuerda que soy un cuerpo físico y a la vez un ser espiritual.
La tierra apreciando los alimentos, el fuego que se transforma en la voluntad para crear mi realidad.
Podría describir uno a uno los elementos que ahora reconozco en cada presente, en mí cuerpo físico y todo lo que me rodea, pero me gustaría más invitarlx a que lo reconozca en su vida.
Jamie Sol
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